jueves, 8 de octubre de 2009

Vamos avanzando

Petiso va bastante bien en su entrenamiento de control de esfínteres. Hace una semana y dos días que comenzó esta pesada, intensa, cansada pero fructífera etapa de decirle adiós al pañal para que el Niño aprenda a decir "quiero hacer pipí" o popo y vamos por muy buen camino.
Dicen que lo más difícil es que avisen cuando quieren "hacer del uno" y eso ya lo consiguió este miércoles. ¡¡Yupi!!
Me siento muy feliz por él. No ha sido fácil. Hay ocasiones en que no quiere ir la baño y llora, se revuelca y grita "¡No quello hace pipí!" Pero cuando lo siento en el inodoro sale el chorrito, jijiji. Crecer duele, pero es crecimiento al fin y al cabo. Mi hijo lleva buen paso hacia su prematura independencia. Eso me hace feliz.

domingo, 4 de octubre de 2009

Más nostalgia

Y la nostalgia me vuelve a invadir. Extraño el mundo aquél que dejé al casarme e ir a vivir a otro país.
No dejo de pensar qué pudo ser de mí si me hubiese quedado como estaba, es decir, sin una pareja pero con un buen trabajo y un sueldo sólo para mí.
El hubiera no existe. Pero me invade la nostalgia y el deseo de hacer de mi profesión toda una carrera en ascenso, algo que se truncó, algo que yo corté de tajo al renunciar al periódico.
Y ahora reflexiono que no fue sólo el empleo. También las costumbres como la de leer muchos diarios, tener a la mano todos los cables de varias agencias de noticias con información fresca, un equipo de trabajo calificado (aunque no reconocido) y, sobre todo, un grupo de muy buenos cuates. Tal vez algunos amigos.
Esa vorágine de hablar, pensar, escuchar, redactar, editar, enviar a mil por hora me mantenía ágil de mente; con los cinco sentidos alerta todo el tiempo. Una verdadera adrenalina a la que me hice adicta. No sé si vuelva a vivir todo eso. Lo veo muy difícil.
Aquí donde vivo no hay periódicos ni agencias de noticias importantes. Es provincia y en muchos rubros se trabaja muy distinto que en la capital del país, máxime si se trata de los medios de comunicación.
Reforma es y será para mí algo de lo mejor que me ha sucedido en la vida. Sé que no lo podré olvidar. Era como estar en las Grandes Ligas.
Aunque por lo que me dicen quienes siguen ahí que mi recuerdo es mejor de lo que se vive hoy en día. Por momentos la nostalgia me traiciona.
No quiero regresar a este tiempo. Ahora no estoy sola, tengo un excelente Compañero y un hijo que me llena de vida.